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Este fin de semana y los que vienen son comúnmente empleados para adquirir bienes, en otras palabras ¡compras, compras y más compras!, esto es algo que a cualquier persona le encanta; esa mezcla de emociones gratificantes que causa el salir de casa y regresar con las manos llenas de bolsas después de haber recorrido las tiendas, te hace sentir que todo tu esfuerzo se vea recompensado en las cosas que puedes adquirir para ti y para los que amas (los varones también tienen algo en lo que no les importa lo que cueste, lo compraran).

 

¿Shopping time?

 

Autor: Vane D´Bru

El problema es cuando compras algo con dinero que no tienes, porque en vez de adquirir un bien, ¡adquieres una deuda!, así es, las tarjetas de crédito no son dinero tuyo (¿cuándo lo ahorraste?), son líneas de crédito que el banco pone a tu disposición, obviamente debes de pagarlo (si no lo haces te conviertes en un defraudador, además de otras consecuencia que vendrán con ello).

A la compra de bienes o servicios no esenciales se le denomina “consumismo”; hoy en día es muy común escuchar el vocablo inglés “shopping”, comúnmente empleado para describir los lugares especialmente creados para comprar, con una infinita variedad de posibilidades de compra y consumo, buscando que la gente permanezca allí con: centros de comida, spas, cines y espacios de entretenimientos, descansos, etc.

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No es malo adquirir bienes, el problema radica en las razones por las que lo haces el llamado “Shopping compulsivo” o “manía consumista” definido así por primera vez por el famoso psiquiatra Kraepelin (quien dio el nombre de la enfermedad de Alzheimer) desde 1915: el placer de adquirir cosas se vuelve una forma de dependencia que origina sentimientos de culpa, vergüenza, estrés, problemas en las relaciones laborales, familiares y conyugales; además de graves problemas económicos.

Los expertos realizan diferentes diagnósticos para esta patología: si va de compras por necesidad (“compro lo que me hace falta”), por hedonismo (“compro porque me gusta”), por la moda (“compro por estar a la última moda”) o para responder a una de las muchas claves psicoanalìticas (“compro para suplir algunas de mis necesidades o carencias emocionales”, “compro para levantarme el ánimo”, etc.).

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Analiza las razones por las que adquieres algo, particularmente creo que somos propensos a este tipo de conducta, con el fin de petenecer o encajar en los estandares de una “vida exitosa”, nuestra sociedad se rige de esa manera, en realidad todo lo que la sociedad capitalista y la globalización nos marca dista mucho de lo que la Palabra de Dios nos enseña.

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos Dolores” (1 Timoteo 6:6-10).

No es malo desear tener algo, el problema es cuando este afan se vuelve en lo primero que ocupa tu corazón, si es así, no tendrás tiempo para Dios ni para tu familia, ¿realmente crees que comprarle un XBOX, ropa de marca o juguetes a tu hijo suplirá todo los beneficios que trae para su vida la convivencia diaria contigo? (los beneficios que trae la relacion de padres e hijos es el bienestar y desarrollo de habilidades lingüísticas y cognitivas, desarrollo de su autonomía, además de animarlo a asumir responsabilidades y para su crecimiento como personas).

Shopping

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El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad” (Eclesiastes 5:10) Eres un alma eterna que nunca será saciada con lo temporal, porque estas creado para la eternidad.

Jesús dijo: “¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes” (Lucas 12:5). El mundo te puede decir? “tanto tienes, tanto vales”, pero nada en el mundo puede pagar lo que Dios tiene para ti, tus planes no son mejores que los de Él.

Recuerda que la Escritura dice de todo esto: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1 Timoteo 6:11)

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