Ministerio Internacional Casa de Santidad

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6:22-23)

 

Dime qué miras y te diré quién eres

 

Por: Vade D’Bru

¡Wow! ¿cuántas veces lo has escuchado? ¿cuánta atención has puesto en esto? Lo digo porque hoy en día muchas son las personas que manifiestan que no hay nada de malo con “ver el menú”, frase que emplean cuando fisgonean a alguna persona (y son casados, pero esto no es exclusivo para esta situación, aplica a todo); en realidad los versículos anteriores del evangelio de Mateo son tan profundos, tus ojos son la puerta de acceso para que todo tipo de sentimientos, emociones y deseos.

mirada_puerta_lampara

Podríamos decir entonces, “dime qué miras y te diré quién eres”; con esta frase digo que todo aquello que miramos produce en nuestro corazón cierta “codicia”, que por sí misma ya es pecado. Es muy común que para distraernos hagamos uso de la red, no estoy diciendo que esto sea malo, pero tal vez lo que vemos no trae la mejor consecuencia; después de 30 minutos viendo Facebook, ¿has sentido tristeza, frustración, envidia o algún otro sentimiento de ese estilo? ¿por qué fue?, porque en ese tiempo que dedicaste a la red tu cabeza se lleno de todo lo que entro por tus ojos (aclaro que no estoy diciendo que sea malo hacer uso de la red), los ojos son una puerta muy amplia, a la que no ponemos la atención que deberíamos para que no entre el pecado.

Retrato de chica observando, buscando con una lupa

La Escritura dice: “el oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha hecho Jehová” (Proverbios 20:12), ¿cómo pues podría ser malo hacer uso de lo que Dios creó? Lo malo radica en la forma en la que empleamos lo que el Señor nos da.

Observa como te sientes hoy, analiza que es lo que haces con tu tiempo libre (todos tenemos un espacio para distraernos) y hacia donde te diriges, si el día de hoy te sientes como ya lo mencione antes, triste, frustrado o has dado lugar a la envidia, codiciando algo o alguien que no te pertenece, es momento de hacer un alto exclamar como lo dijo el salmista: “Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas” (Salmos 18:28).

El versículo 8 de Filipenses dice: “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”; si bien es cierto que el escritor de filipenses hablaba del pensamiento, también entendemos que este tiene un detonante, así que si hay virtud alguna en lo que observas síguelo haciendo, de lo contrario te encontrarás sumergido en tinieblas.

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105).

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