Ministerio Internacional Casa de Santidad

Vivimos en los tiempos de una actitud consumidora hacia la vida, cuando en las iglesias modernas hasta la adoración toma formas de entretenimiento donde mucho está destinado para recibir placer emocional. Todo para uno mismo.

 

“Tenemos una adoración tan buena”

 

Vivimos en los tiempos de una actitud consumidora hacia la vida, cuando en las iglesias modernas hasta la adoración toma formas de entretenimiento donde mucho está destinado para recibir placer emocional. Todo para uno mismo.

A menudo he escuchado: “Tenemos una adoración tan buena”.
Imagino a María, la que seco los pies de Jesús con su cabello, exclamando con éxtasis: “Que bonito sale todo e, incluso, con las lágrimas”.
¿Sera que nosotros somos los que debemos evaluar nuestra adoración?
¿Se valora por una oleada de emociones experimentadas por el impacto de la música?
La verdad es que sí, Dios mira al corazón.
Y eso me provoca temor, lejos de justificarme.
¿Por qué estamos tan seguros que Él verá en mí un corazón como el de David, y no el de Saúl?
“Ayúdame a alabarte, ayúdame a agradecerte”, tan piadoso y humilde que suena.
Es una petición al menos extraña. Después de todo, probablemente, no le hubiéramos dirigido a un hombre que nos mostró misericordia y nos otorgó algo bueno. “¡Me ayudaste mucho, ayúdame a agradecerte!” Pero hacemos a Dios responsable incluso por esto, quitando toda la responsabilidad de nosotros mismos.

¿Que significa darle gloria al Señor? En hebreo, “gloria”, kavod, significa “hacer que Su nombre tenga importancia”. Hacer Su nombre significativo, significante, influyente. Reconocer su autoridad en la práctica, obedecer sus requisitos. ¡Poderoso! SIGNIFICATIVO ¡SIN QUITARLE peso, como se hace en los momentos de aplicarlo para vaciar o satisfacer arrebatos emocionales.
La iglesia NO es un lugar para el entretenimiento.
No es un concierto, no es un club, no es un entrenamiento psicológico con conferencias motivadoras.


Este es el lugar donde se enseña la Palabra de Verdad
Donde hay temor de esta palabra!
Reverencia!
Condenación y juicio de las obras contrarias a las de Dios,
La corrección de la vida y la búsqueda de la santidad.
Es la predicación sobre el arrepentimiento y la separación del mundo.
En esto consiste la salvación del alma
No es algo burbujeante, sino una roca inquebrantable.
El servicio a Dios.

Su propósito, meta, objetivo y centro es ÉL, no “yo”.

Pastor Igor Tsyba

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