“Jesús, en su llamado al arrepentimiento, les ofrece el derecho personal a compartir la mesa del compañerismo con Él mismo. El compañerismo con el Dios de Israel debe mantenerse puro. No ha cambiado nada. El Santo permanece santo” (Dr. Eli Lizorkin-Eyzenberg). “En la misma carta a los Laodicenses el Mesías les dice en 3:19 que aun que eres tibio, yo sigo amándote. Te estoy reprendiendo y disciplinando para que “tu seas celoso y te arrepientas”.
Testimonio de verdad, #8
“Llamado a la mesa del Señor”
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