El uso de la sangre

Por: Bru de Vane

Seguramente has escuchado sobre la sangre que derramó Cristo el día de Su muerte, a través de la historia se han realizado miles de estudios y predicaciones que giran en torno al poder que tiene esa sangre; incluso en algunas congregaciones se enseña a que con el simple hecho de declararla o invocarla tenemos ciertos beneficios o protección de parte del Señor, es decir, que tiene poderes sobrenaturales y que puede ser usada ante cualquier situación adversa que se nos presente.

La mayoría de estas doctrinas coinciden en que fueron 7 los derramamientos de sangre que tuvo Cristo a lo largo de su vida, desde su presentación en el templo a los 8 días de nacido, es decir, su circuncisión (Génesis 17:12, Levítico 12:3, Lucas 2:21), cuando su sudor fue como grandes gotas de sangre, (Lucas 22:44), cuando lo mandaron a azotar, (Mateo 27:26, Marcos 15:15, Juan 19:1), cuando le colocaron la corona de espinas y lo golpeaban, (Mateo 27:29, Marcos 15:17, ), al atravesar sus pies en el madero, cuando atravesaron sus manos en el madero y al traspasar su costado ya muerto, (Juan 19:34). Muchos predicadores modernos atribuyen a que cada uno de estos derramamientos tiene un poder especifico y así romper ciertas maldiciones en la vida de un creyente.

Es necesario evidenciar que la Biblia jamás enfatiza que haya habido 7 derramamientos específicos, en mi opinión muy personal es lógico que la forma en que fue sacrificado iba a derramar su sangre, pero no le atribuyamos a que fueron 7 los momentos, es algo similar a lo que la iglesia tradicional llama “las 12 estaciones del vía crucis”, que la mayoría no tienen sustento bíblico, por ejemplo, en ninguna cita bíblica menciona que Jesús haya caído 3 veces o que alguien le haya limpiado su rostro, pero ese es otro tema; aquí el objetivo de éste estudio es no darle otros usos a la sangre de Cristo, ni inventarse doctrinas basadas en su sangre usando versículos fuera de contexto.

Debemos saber que la sangre en la Biblia tiene 3 significados muy importantes: “VIDA, SACRIFICIO Y PERDÓN”.

Jehová mismo dice que la VIDA de la carne está en la sangre, Levítico 17:14 lo especifica: “Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado”. Inclusive en Génesis 9:4-6, dice: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”.

En cuanto al SACRIFICIO, a lo largo del Antiguo Testamento en especial el libro de Levítico, se habla sobre el uso de la sangre de animales puros, primogénitos, sin mancha como ofrenda para el perdón de pecados. En Levítico también se establecen las leyes de esos sacrificios.

Finalmente el PERDÓN, ésta es la parte más importante del uso o significado de la sangre, sirve para perdonar nuestros pecados. La Biblia nos enseña que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados: “Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón”. Hebreos 9:22. Cuando Adán y Eva pecaron, Dios los vistió con pieles de un animal especifico (Génesis 3:21), tuvo que haber derramado sangre como algo profético de lo que iba a suceder en el porvenir. A lo largo de la historia los sacrificios de animales servían para cubrir los pecados y era una representación de lo que vendría a hacer Cristo. Su sangre derramada, quita, borra y anula por completo los pecados de todo aquel que lo recibe como su único salvador. Hechos 4:12 nos dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

La sangre se ofreció como sacrificio perfecto por nuestros pecados. A lo largo de la epístola a los Hebreos, en el capítulo 10 se nos explica a detalle el significado de este único sacrificio de Jesús. Podemos leer en los versículos 11 al 14 “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”.

Más adelante dice: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” Hebreos 10:29. Así que, hermano, no menospreciemos el sacrificio que hizo Jesús y no usemos su sangre como una especie de amuleto o fetiche aplicándolo a cualquier cosa, la sangre no tiene otro poder más que el de borrar nuestros pecados y esto es válido una vez que lo aceptamos y nos arrepentimos genuinamente.

Hebreos 9:28 dice: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.