“Y pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito” (Proverbios 23:2), ¿Cómo, acaso no puedo comer todo cuanto me apetezca? ¿Alguna vez habías puesto atención acerca de lo que Dios dice de la glotonería? ¿La glotonería va de la mano con la embriaguez? ¡Oh! Si, así es, sinceramente mucho habla la Escritura acerca del tema, te sonara extraño o pensaras, “no es para tanto”, pero, ¿acaso es posible que el que gobierne tu vida sea tu apetito?
“Qué rico es comer”…
Autor: Vane D´Bru
Existen cosas que son de primera necesidad y al respecto habla Dios lo siguiente: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:31-33).
Vamos paso a paso, la Escritura se dirige a creyentes, a personas que han conocido la grandeza y fidelidad del Dios de Abraham, Isaac y Jacob, partiendo de esto, sabemos que el Señor suple todas nuestras necesidades; pero, la corriente de este mundo quiere que tu creas que “necesitas” lo más caro, lo de última moda; aunque ni siquiera lo sepas usar o programar, no es religiosidad.
Un ejemplo de lo anterior es el siguiente, terminas de pagar a 18 meses sin intereses una pantalla de 50 pulgadas, “Smart TV” y Full HD, pero como ya salió el formato 4K, ya te urge endeudarte con uno, ¿sabes programar tu pantalla para usar el formato? Sino lo sabes, seguirás viendo todo en Full HD, además, ¿sabes cuantos canales de Tv transmiten en ese formato?. Vas a pensar que ya me salí del tema pero no, puse este sencillo ejemplo para que veas que el mundo te ofrece cosas que no necesitas, pero que tu insistes en afanarte por tenerlas, ni que decir de los teléfonos celulares, vas terminando de pagar uno y ya quieres el más reciente aunque no sepas usar todo lo que el teléfono ofrece y solo uses Facebook y WhatsApp, cosa que teléfonos de mil pesos, te ofrecen.
Ya hablamos de que las necesidades primarias el Señor las suple y que no debemos vivir únicamente para comprar lo que nuestra sociedad capitalista nos oferta, además de esto en muchas ocasiones tenemos “otro Señor” que gobierna nuestra vida y es el “apetito”, y puede ser por muchas razones, porque en ello descargas tus emociones (comes por nervios, tristeza, enojo o ansiedad), porque en algún momento de tu vida hubo necesidad e inconscientemente trabajas demasiado para que en tu mesa haya abundancia o porque así nos acostumbraron las abuelitas, cualquiera que sea la razón, desvía tu atención de lo más importante, te preguntarás ¿qué es lo más importante? Tu relación con Dios, cumplir con tu propósito, ser fiel y diligente con lo que Él te da.
Observa detenidamente qué dice Pablo, “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:18-19).
La comida en exceso, daña tu cuerpo, y más aún la comida rápida que compras en la calle, en muchas ocasiones porque tienes mucho trabajo y no te dio tiempo de preparar algo en casa (esto no es exclusivo de las mujeres y me refiero no solo a pizza y hamburguesas, también hay una extensa variedad en la gastronomía mexicana como: tacos, tortas, tamales, quesadillas, empanadas, panuchos, etc, etc).
Este asunto de la glotonería es parte la filosofía materialista de “sólo se vive una vez”, y en todos lados encontrarás personas que te digan, ¿qué tiene de malo? Tu come y bebe, qué mañana quien sabe si despiertes (y pueden ser personas a las que muchos llamamos “exitosas”, aunque no tengamos conocimiento de lo que hay en su corazón), pero precisamente porque no sabemos si vamos a despertar mañana, ¿en verdad estas dispuesto a que esta filosofía de vida te guié? ¿el Señor de tu vida será tu vientre?
“Oye, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino. No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos” (Proverbios 23:19-21).
Mantén presente que: “El que guarda la ley es hijo prudente; mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre” (Proverbios 28:7).
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